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Las revisiones con el podólogo

La importancia del buen estado de los pies y las revisiones periódicas en personas mayores

El cuidado de los pies es fundamental para la calidad de vida de cualquier persona, pero cobra una relevancia especial en los adultos mayores. Con el paso del tiempo, los pies sufren cambios fisiológicos que pueden generar molestias, afectar la movilidad y disminuir la autonomía. Por ello, mantener un buen estado de los pies y realizar revisiones periódicas es clave para prevenir problemas de salud y mejorar el bienestar general.

 

Cambios en los pies con el envejecimiento

A medida que envejecemos, nuestros pies experimentan transformaciones que pueden afectar su estructura y función. Algunos de los cambios más comunes incluyen:

  • Pérdida de elasticidad y amortiguación: La piel se vuelve más seca y fina, lo que la hace más propensa a grietas y heridas. Además, la capa de grasa en la planta del pie disminuye, reduciendo la amortiguación natural y aumentando la sensibilidad al dolor al caminar o estar de pie durante largos periodos.
  • Deformaciones óseas: Con la edad, es común el desarrollo de juanetes, dedos en garra o artrosis, las cuales pueden causar dolor y dificultad para calzarse correctamente. Estas deformaciones también pueden generar puntos de presión en los pies, favoreciendo la aparición de callos y durezas.
  • Problemas circulatorios: El envejecimiento afecta la circulación sanguínea, especialmente en las extremidades inferiores. La reducción del flujo sanguíneo puede dificultar la cicatrización de heridas, aumentar el riesgo de infecciones y provocar sensación de frío o hinchazón en los pies y tobillos.
  • Disminución de la sensibilidad: La neuropatía diabética y otros trastornos neurológicos pueden ocasionar una pérdida de sensibilidad en los pies, lo que impide detectar lesiones o heridas a tiempo. Esto representa un riesgo importante, ya que una pequeña herida no tratada puede derivar en infecciones graves o incluso ulceraciones.

 

Importancia de las revisiones periódicas

Realizar controles regulares de los pies permite identificar problemas a tiempo y aplicar medidas preventivas antes de que se conviertan en complicaciones graves. Algunas de las razones por las cuales las revisiones periódicas son esenciales incluyen:

  • Prevención de úlceras y heridas: La piel frágil y la mala circulación hacen que las personas mayores sean más propensas a desarrollar heridas. Si estas lesiones no se identifican y tratan a tiempo, pueden derivar en infecciones severas, dificultando la movilidad e incluso requiriendo intervenciones médicas complejas.
  • Corrección de alteraciones posturales: Un mal apoyo del pie debido a deformaciones o calzado inadecuado puede generar desequilibrios en la postura y provocar dolores en las rodillas, caderas y columna vertebral. Un especialista puede detectar estas alteraciones y recomendar plantillas ortopédicas o ejercicios específicos para mejorar la postura.
  • Detección de infecciones y enfermedades dermatológicas: Infecciones como los hongos en las uñas (onicomicosis), pie de atleta o grietas en los talones pueden ser fuente de dolor y malestar. Un control periódico permite tratarlas a tiempo y evitar complicaciones.

 

Consejos para el cuidado de los pies en personas mayores

Para mantener unos pies sanos y evitar complicaciones, es recomendable seguir estas prácticas:

  1. Higiene diaria: Lavar los pies con agua tibia y jabón neutro, evitando el agua demasiado caliente que pueda resecar la piel. Es fundamental secar bien los pies, especialmente entre los dedos, para prevenir la proliferación de hongos y bacterias.
  2. Hidratación adecuada: Aplicar cremas humectantes a diario para evitar la sequedad y la aparición de grietas. Se recomienda evitar cremas entre los dedos, ya que la humedad excesiva podría favorecer infecciones.
  3. Corte adecuado de las uñas: Mantenerlas rectas y sin extremos puntiagudos para prevenir encarnaciones. Si hay dificultad para cortarlas correctamente, es recomendable acudir a un podólogo para evitar lesiones.
  4. Uso de calzado adecuado: Optar por zapatos cómodos, de material transpirable, con suela antideslizante y buen soporte. Se deben evitar los zapatos apretados o con tacones altos, ya que pueden causar deformaciones y dificultar la marcha.
  5. Revisiones periódicas con un especialista: es aconsejable acudir a un podólogo o médico regularmente para evaluar el estado de los pies y recibir recomendaciones personalizadas. Una revisión profesional puede detectar problemas en sus primeras etapas y evitar complicaciones futuras.
  6.  

Conclusión

El buen estado de los pies en los adultos mayores es crucial para su autonomía y bienestar. Las revisiones periódicas permiten detectar y prevenir problemas que podrían limitar su movilidad y calidad de vida. Con un cuidado adecuado y la supervisión de un especialista, es posible mantener los pies sanos y funcionales durante más tiempo, promoviendo así una vida activa y saludable. No se debe subestimar la importancia de unos pies sanos, ya que su buen estado influye directamente en la capacidad de desplazarse y disfrutar de una vida independiente.

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